lunes, 1 de febrero de 2016

Etimología de palabras

Voy a comentar en este artículo la etimología de algunas palabras provenientes del latín.

Voy a empezar con la palabra asesino, esta palabra proviene del árabe y su significado era "adicto al cáñamo indio/hachís", esto se debe a que en aquella época , los asesinos de reyes eran adictos a esta droga.

La siguiente palabra es testificar, esta palabra está compuesta de dos palabras diferentes: testis, es decir, testigo y facere, es decir hacer. La historia de esta palabra es muy curiosa, ya que se debe a un antiguo ritual romano en el cual se juraba apretándose los testículos con la mano derecha antes de testificar.

Las calendas de Febrero.
Josefo

La comida en la Antigua Roma

Muchos os preguntaréis, ¿Qué comían los antiguos romanos?, para esa pregunta hago este artículo, en el que comentaré la gastronomía de la Antigua Roma.
Mientras que los recursos escaseaban, el alimento básico fue el puls, que estuvo durante más de 300 años, se trataba de unas gachas de harina de trigo. Este alimento derivó en el puls iuliano, que contenía ostras hervidas, sesos y vino especiado.
El alimento básico era el trigo. En los tiempos de Julio César, unos 230000 romanos se beneficiaban de los repartos de este cereal, con el cual se producía la harina, y con ello el pan.
Otro alimento destacado en la sociedad romana era el vino, como se angriaba con facilidad, se bebía con especies, o se servía caliente y aguado.
La gente que no disponía de presupuesto, desayunaban sopas de pan y vino.
El romano adinerado hacía un gran consumo de leche, de cabra y oveja, también de las aceitunas y de la carne, en la que predominaba la del cerdo, aunque con el tiempo se fueron añadiendo la del cordero, buey, oveja e incluso la del perro.
La dieta del romano era de unas 3000 calorías , de las que 2000 procedían del trigo. Los ricos se aficionaban al consumo de carne condimentada con una serie de productos que iban determinando la futura gran cocina imperial: pimienta, miel, coriandro, ortiga, menta y salvia.

Los romanos comían tres o cuatro veces al día:
El desayuno (ientaculum), el almuerzo (prandium), la merienda (merenda) y la cena (cena).


Las calendas de Febrero.
Josefo